Aquí
les pondré esta mini-gran historia:
La
historia que os presentaré se trata sobre una chica, en esos años tendría unos
catorce años cuando tuvo su primera experiencia sexual, si, muy joven, algunos dirán
‘’hay personas que maduran antes de tiempo’’ otros ‘’es muy pequeña, no
comprende lo que hace’’, yo diría que en el momento menos esperado pasan las
cosas, la calentura se apodera de uno y no se da cuenta hasta que ya lo has
hecho.
Bueno,
siguiendo con la historia, en unos días de calor en verano, fue donde los
juegos que se encontraban en frente de la playa en la noche, era una noche
oscura y estrellada, muy diferente a las otras noches, tenía un toque mágico y
mucho más porque la luna estaba grande, hermosa e iluminaba toda la ciudad. Al
llegar al lugar, primero miró todos los juegos, estaba el carrusel, la montaña
rusa, juegos para niños y más juegos que eran fabulosos, ella ya tenía pensado
a cual subirse, pero primero tenía que ir a comprar las entradas.
Fue al
recinto donde podía comprar las entradas, lo primero que hizo fue mirar a la
persona quien las vendía, tal vez fue amor a primera vista, o solo fue un
cosquilleo en el estómago, pero lo que si paso, es que sus miradas se cruzaron.
-
Disculpe señorita- Dijo mirando hacia otro lado- ¿Cuantas entradas
quiere?
-
Quiero cinco entradas por favor- dijo empezando a abrir la billetera-.
-
Espere señorita- dijo el antes de poder sacar los billetes- Se las doy
gratis si da una vuelta conmigo después que pase mi turno- no había nadie
detrás de ella, así que no hubo problemas para lo que el dijo-.
-
Mmm, bueno, pero primero, ¿Cómo es que te llamas? Ni si quiera se tu
nombre…
-
Me llamo Leo, ¿Y tú, bella mujer?
-
Me llamo Karina ¿Cuántos años tienes?
-
Tengo 20 años, ¿y tú? Espero que no me hagas tantas preguntas.
-
No esa era la última- tenía que decir su edad, pero hubo algo que le
impidió decir su edad verdadera- tengo 17 años.
Ella no aparentaba tener 14, parecía mucho
más mayor, por el hecho que se maquillaba para verse mejor.
Así fue como se conocieron ellos dos, pero
nadie sabía lo que pasaría en su futuro.
Ya habían pasado 2 semanas desde que se
conocían, a ella le gustaba y a él también. Todos los días, Karina, iba a los juegos para verlo a él y cuando se
acababa su turno, usaban los juegos gratis mientras se divertían. Esta vez, fue
diferente, él la llevó hacía su cabaña, donde quedaba cerca de los juegos.
Cuando llegaron a la cabaña, entraron y él le enseñó todas las piezas pero,
cuando llegaron a la pieza de Leo…
-
Y esta es mi pieza- no estaba decorada, solo estaba el closet, un
mueble con una televisión encima y una cama de dos plazas.- ¿Te gusta?
-
Es sencilla pe…- antes de decir cualquier cosa, el chico la agarró en
un beso apasionado que ella siguió, él la empezó a recostar de a poco en la
cama y pasó lo que tenía que ocurrir, los dos abrazados en la cama dándose
calor mutuamente entre las sábanas, pasión en una sola noche.
Al ya
haber terminado lo ya descrito, estaban los dos juntos abrazados, aunque, el
chico miraba muy serio en esos momentos a ella, entonces, le habló…
-
Karina, te tengo que decir algo…
-
¿Qué pasa? ¿Crees que lo que hicimos estuvo mal?
-
No, no es eso, te tengo que contar mi pasado, así que por favor,
vístete.
Karina,
preocupada, se vistió lo más rápido que pudo y se sentaron juntos en el living,
mirándose cara a cara los dos.
-
Karina, por todo lo que quiera, por favor, no te escapes ni hagas nada
hasta que termine.
-
Pero… Qué es lo que pasa!
-
Solo prométemelo.
-
Te lo prometo- dijo un poco insegura.
-
Yo… no soy alguien normal, soy traficante de drogas, estuve en la
cárcel por mucho tiempo por asesinar a mi mejor amigo cuando estaba borracho,
soy un delincuente…
-
No puede ser…- dijo Karina, pensando en todo lo que había hecho, se
había acostado con un criminal, se le escaparon algunas lágrimas.
-
Salí una semana antes de haberte conocido, eres lo mejor que me ha
pasado en la vida, haría todo por ti.
-
Lo… Lo siento, yo también te tengo que decir algo…
-
¿Qué cosa?
-
Tengo catorce años, no diecisiete como te había dicho anteriormente…
-
No… Me lo imaginaba…
-
Lo siento me tengo que ir.
Karina
se fue corriendo de allí y se fue hasta su casa, lloró toda la noche, pensó y
pensó todo lo que pasó, sin poder creer nada de lo que pasaba, pero fue
valiente, quería verle de nuevo y pedirle perdón por haberse escapado y que lo
iba a apoyar para que dejara las drogas.
Pero…
Al día
siguiente fue de nuevo hacia los juegos pero no estaba, pregunto hacia sus
colegas de trabajo, pero lo único que pudo sacar era que había dejado una carta de renuncia y se había marchado,
Karina fue llorando hasta la cabaña de él, pero no había nada. Solo una carta,
que decía ‘’Lo siento Karina, por haber entrado en tu vida, habrá alguien mejor
en tu vida que no sea tan malo como yo, quiero que encuentres alguien que sea
de tu edad y pueda hacer lo que yo no puedo hacer, te amo, aunque solo fueron
dos semanas en las que te conocí, para mí fue una eternidad’’. Al terminar la carta la guardó como un
recuerdo, no quiso seguir buscándolo, puesto a que sabía que no era necesario
buscarlo, siempre permanecería en su corazón, como su primera experiencia en el
amor.
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